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domingo, 26 de junio de 2011

Conquistas

No hay mayor desprecio que volver la espalda a quien al menos físicamente te ha amado. Así pues, cuando le dio la espalda como si no le importase se sintió una puta.
Una puta que prostituía su corazón a cambio de un cuerpo porque no podía poseer su alma. Era el mas alto grado de posesión que obtendría, y lo sabía.

Por eso no tenía opción salvo firmar ese contrato con la sangre de sus esperanzas y aguardar el día en que con rostro pétreo diría "no podemos seguir viéndonos".
Y ella amputaría sus sentimientos, pues duele menos un miembro fantasma que gangrenado...
Rascaría lo ausente mucho tiempo, y lo sabe...

4 comentarios:

  1. Los dolores físicos son muy jodidos pero al menos sabes que hay medicamentos que te ayudan a sobre pasar el dolor, en cambio, los dolores del alma, solo el paso del tiempo hace que se sobre lleven mejor. Esos son los peores.

    Saludos

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  2. Sin duda, pero ¿Sabes lo que creo? Que tememos el dolor a secas; tanto da físico, mental o espiritual

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